Sería interesante imaginar a Michael Jackson a los 65 años. Si consideramos que hubiera seguido evolucionando como intérprete y artista, es posible que se hubiera adaptado al cambiante panorama musical manteniendo su estatus icónico.
A los 65 años, Jackson podría haber refinado aún más su sonido, posiblemente mezclando las tendencias musicales modernas con su estilo clásico. Su legado como el “Rey del Pop” aún resonaría, y su influencia en las generaciones más jóvenes de artistas podría ser aún más evidente, ya que muchos músicos a menudo lo citan como una gran inspiración.
Físicamente, es probable que hubiera tomado menos riesgos con sus rutinas de baile de alta energía, pero podría haberse centrado más en su voz, dirección artística y mentoría. Su pasión por el trabajo humanitario también podría haber crecido, dedicando más tiempo a las causas que le importaban, como el bienestar de los niños y la paz mundial.
Es fácil imaginarlo actuando en lugares icónicos, con espectáculos elaborados y bien producidos, aportando nostalgia y elementos modernos para mantener al mundo cautivado.