Un joven grabó una película de 10 minutos del último día de vida de su perro, ya que era extremadamente mayor y tuvieron que matarlo, no sin antes hacerle todo lo que quería, como comer pollo.
La muerte de un perro puede ser tan terrible como la muerte de un ser querido humano, y esto se debe a que se ganan el corazón de sus dueños con su hermosa y firme amistad. Debido a esto, el dueño de Cappuccino, un joven llamado Lauro Morales, describió en las redes sociales el proceso por el que pasó antes de poner a dormir a su mascota. Con lágrimas en los ojos, ya no quería que sufriera más, así que hicieron todo lo que al perro le gustaba, como llevarlo a pasear en auto, llevarlo a comer pollo e incluso bañarlo y cepillarlo antes de despedirlo definitivamente. El joven lloró mientras abrazaba a su amado y permaneció con él hasta el final.
Despide a tu perro haciendo todo lo que te gustaba
No en vano se dice que el mejor amigo del hombre es el perro, pero también es cierto que hay dueños responsables que van más allá por sus amigos peludos y están ahí para ayudarlos en las buenas y en las malas.
El vídeo, publicado en TikTok por el usuario _victorcaudillo, mostraba a Lauro pasando uno de los días más traumáticos de su vida, despidiéndose del perro más devoto que había conocido.
En el metraje de 10 minutos, Cappuccino no puede ponerse de pie, probablemente debido a su avanzada edad y sus dolencias. Primero lo peinó y duchó, evocando innumerables recuerdos, mientras el can se recostaba, contemplando a su alma gemela, frotándolo y saboreando las que serían sus caricias agonizantes.
Lo acostó en una camita encima de una tabla para que diera un paseo más; por esto, la familia salió y, sollozando, lo abrazó y le dijo cuánto lo amaban y cuánto extrañarían su presencia en el hogar.
Lo metió en la parte trasera de un camión con otras personas, y fue entonces cuando vinieron por pollos y galletas, para darle su última cena. Capuchino devoró la comida.
Llega entonces el momento más difícil, la despedida. Lauro sabía que le dolería, pero no fue hasta que llegó que se abrieron las compuertas de los recuerdos de la infancia de Cappuccino.
¡Amigos para siempre!
Llegaron al veterinario y prepararon la canalización, salvo una despedida de 10 minutos. Lauro no perdió el tiempo y abrazó a Cappuccino como nunca antes, diciendo en el video: “Por mis pensamientos pasó toda una vida de recuerdos”.
El canino disfrutó de mucha serenidad y tranquilidad durante el procedimiento, según el video, pues Lauro nunca se separó de su lado hasta que sus latidos se detuvieron y sus pequeños ojos se cerraron para cruzar el arcoíris.
“Durmió en mis brazos hasta el final, su corazón y su respiración se hicieron más lentos y silenciosos hasta que todo se detuvo”.
El joven parecía haberse desplomado en el cuerpo del canino y susurrar su último adiós. Sin duda un momento de contemplación para muchos, ya que, si bien desearía que los perros fueran para siempre, estos tienen una vida más corta, y muchos dueños, como Lauro, intentan ofrecer lo mejor a sus amigos peludos antes de irse. Esperamos que el corazón de Morales sane y que recuerde que ahora tiene un protector celestial.