Con la cara de hambre que tenía la pobre y el anhelo con que miraba la comida, él pensó que se lo devoraría todo de un bocado, pero esta perrita lo sorprendió.

En lugar de comerse la pieza entera para saciar su hambre y apaciguar su estómago, la perrita hizo algo muy extraño.

Esos son unos muy buenos modales para una perrita callejera… ¿por qué no quiso comer allí mismo en la calle? ¿Acaso deseaba su comida para llevar?

El hombre se preguntó qué motivaba el extraño comportamiento de la perrita, pero no tenía forma de averiguar de qué se trataba hasta que ella regresó.

Quizás quería agradecerle o tal vez buscaba algo más, pero en ese momento, cualquiera se sentiría un poco molesto.

Tal vez eso fue lo que pensó este hombre, pero su curiosidad lo llevó a no pasar por alto el extraño comportamiento.

La chica, quizás dándose cuenta de que el hombre la seguía, decidió guiarlo hacia su destino.

Al llegar al hogar de la perrita, una camada completa de adorables y regordetes cachorros salió corriendo de la caja que les brindaba refugio del mal tiempo.

Hambrientos y emocionados, se lanzaron sobre su madre, quien, con amor, les ofreció toda la pierna de pollo, sacrificando sus propias necesidades para asegurarse de que ellos se alimentaran.

Sin duda, es otra evidencia de lo maravillosos que son los perros y las madres. Y si aún no lo has hecho, llama a tu mamá y exprésale tu agradecimiento por siempre estar a tu lado.