He estado en este autobús dos o tres veces con el mismo conductor, y siempre lleva a su perro con él, ya sea que esté dormido o despierto. Es un hombre que claramente considera a su perro como parte de su familia. En una ocasión, una señora se enojó porque pensaba que era insalubre llevar un perro en el autobús.
Su indignación fue evidente y se quejó abiertamente, esperando que el conductor cambiara de opinión. Sin embargo, el conductor no estaba dispuesto a dejar a su fiel compañero solo en casa. Con voz firme pero calmada, explicó que el perro era como su hijo y que no lo dejaría solo ese día, o cualquier otro día.
La devoción del conductor hacia su perro es palpable. Cada vez que lo veo, el perro parece contento y tranquilo, confiado en la seguridad y la compañía de su dueño. Esta relación especial entre el conductor y su perro resalta la importancia del vínculo entre humanos y animales.
No es solo un perro; es su compañero constante, su amigo leal. Esta historia no solo muestra el amor y la responsabilidad que tiene el conductor hacia su perro, sino que también nos recuerda la importancia de tratar a nuestras mascotas con el mismo cuidado y respeto que a cualquier otro miembro de la familia.