Chombito estaba encadenado allí, con un tumor ulcerado, pero su dueño lo ignoraba por completo. Cuando vinimos a llevárnoslo, él se aferraba a su dueño con lágrimas y súplicas. La lealtad y el amor permanecían intactos en su corazón, mientras que su dueño ni siquiera lo miraba.
El tumor era grave y urgía una cirugía, pero Chombito estaba nervioso y asustado. Sin embargo, la operación fue un éxito y, al despertar, lloró lágrimas de felicidad. Había llevado ese tumor durante dos años, un momento difícil para él.
Después de la cirugía, su estado de ánimo mejoró y poco a poco comenzó a confiar en nosotros. Tras días de recuperación, finalmente fue dado de alta. Aunque sigue siendo tímido y reservado debido a su pasado de encadenamiento, ahora camina más fácilmente y su corazón está lleno de alegría.
Una familia amorosa vino a adoptarlo, ofreciéndole un hogar propio y feliz. Es un hermoso final para Chombito, cuya sonrisa es ahora más hermosa y radiante que nunca.