Lo que alguna vez fue considerado un “perro roto” ahora irradia una alegría contagiosa. Sanford, un perro de diez años, ha experimentado una transformación asombrosa gracias al amor y cuidado de su familia adoptiva.
Karen Velázquez, la madre adoptiva de Sanford, afirma que es el perro más feliz que jamás haya conocido. “Actualmente estoy en mi adopción número 52 y puedo afirmar honestamente que nunca he tenido a alguien tan alegre como él”, compartió Velázquez con The Dodo. “Me mira de una manera que ninguna otra criatura, ni siquiera mis propios perros, lo ha hecho jamás. Sólo cuando duerme o come no sonríe”.
Sin embargo, el camino de Sanford hacia la felicidad ha sido largo y difícil. Antes de encontrarse con Velázquez, Sanford había sufrido un accidente automovilístico que lo dejó inmóvil y una herida de bala en una pata. Tras ser rescatado de un refugio municipal en Dallas, Texas, donde las condiciones eran precarias, Sanford llegó a un punto en el que parecía haberse rendido.
“Fue literalmente destruido”, recuerda Kerry Anechiarico, director ejecutivo de Dallas DogRRR. “Cuando el voluntario fue a recibirlo, no hizo ningún intento de venir a saludarlo. Parece como si se hubiera rendido y simplemente estuviera esperando su oportunidad”.
Pero todo cambió cuando Sanford llegó a un hogar de acogida. Al poco tiempo de salir del һoѕріtаɩ, “vino a mi casa el 1 de mayo”, dijo Velázquez. “Desde entonces, ha estado radiante. Debió saber tan pronto como entró en mi casa que eга un lugar seguro”.
Ahora, Sanford disfruta de una vida llena de comodidades. Disfruta de comidas caseras, paseos diarios y la compañía de otros perros. A pesar de su edad, su energía es contagiosa. “Es un perro bastante normal para un niño de 10 años”, señaló Anechiarico. “Me recuerda a un anciano que vive en una residencia de ancianos. A pesar de tener 95 años, se comporta como si tuviera cincuenta y tantos”.
Aunque Sanford es feliz en su hogar de acogida, la esperanza es que pronto encuentre un hogar permanente. “Será un gran perro de familia”, aseguró Anechiarico. “Es bueno con los niños y se lleva bien con otros perros y personas. Es el perro de compañía perfecto para volver a casa. Ahora es solo un perro feliz y moverá la cola y te saludará antes de hacerte compañía durante el resto del día”.
La historia de Sanford es un recordatorio del poder del amor y la rehabilitación. A pesar de un pasado lleno de dificultades, este valiente perro ha encontrado una segunda oportunidad y una familia que lo adora. Su transformación de “perro roto” a un ser lleno de alegría es una inspiración para todos aquellos que trabajan para rescatar y rehabilitar animales.