Todo comenzó con una llamada urgente a Hope For Paws. Alguien quería alertarles sobre la deplorable situación de Miley. El rescatista llevó una cámara para grabar sus hallazgos. Allí, rodeada de montones repugnantes de basura, estaba pobre Miley. Aparentemente, había estado viviendo en el basurero durante muchos meses y de inmediato se pudo notar que tenía sarna. Sin embargo, eso era solo el principio.
Mientras algunos perros podrían ser agresivos, Miley apenas se movió cuando Hope For Paws llegó. El hombre se acercó tranquilamente al animal enfermo, que estaba acostado en la suciedad. Extendió la mano con algo de comida y, afortunadamente, ella la aceptó. Es difícil decir qué había estado comiendo (si es que comía algo) tratando de sobrevivir en su hogar de basura.
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Miley fue llevada a la clínica veterinaria donde fue evaluada y cuidada. Además de tener sarna, descubrieron que sufría de infecciones bacterianas, desnutrición y parásitos. El personal ayudó a tratar sus heridas y le dio baños medicados. Aunque agotada, Miley estaba viva.
Tres días después, ocurrió un momento dulce. Ella dio un beso cariñoso a su rescatista.
Después de dos semanas de cuidados, otro perro fue llevado para conocer a Miley. Frankie también había sido rescatado, pero lo habían encontrado en una tubería y estaba asustado de todo. Entonces, algo hermoso sucedió. Miley acogió al pequeño perro “bajo su ala”.
Los dos perros, que habían venido de situaciones de vida horribles, rápidamente formaron una estrecha amistad. Verlos juntos es simplemente conmovedor, ya que ambos parecen felices y se aman mutuamente.