Mientras realizaba trabajos de construcción, un hombre se encontró con una hermosa cachorra que había sido abandonada. Sabía que debía elegir: seguir su camino o ayudar a esta pequeña perrita.
Decidió ayudar a la cachorra. Vertió agua de una botella en su mano mientras la sedienta perrita lamia la refrescante bebida. El rescatador tenía comida para perros en su coche y la compartió con la cachorra.
Una vez que estuvo alimentada, la cachorra estaba lista para jugar. Tiró de un trozo de tela e incluso se acercó a acurrucarse con otro trabajador.
El siguiente paso fue llevar a la cachorra al veterinario. La examinaron y la trataron por cualquier problema que pudiera tener. El veterinario les dijo a los rescatadores que la cachorra solo tenía tres meses de edad.
Poco después de ponerle un collar a la cachorra, los rescatadores la invitaron a su casa. Afortunadamente, la encontraron a tiempo, ya que comenzó a nevar poco después. La perrita se divirtió mucho jugando en la nieve, sabiendo que tenía un hogar cálido al que regresar.
Los rescatadores tardaron unas semanas en encontrar un hogar para siempre para la cachorra, ahora llamada Beti. Había muchas familias interesadas, pero los rescatadores querían encontrar la mejor opción.
Finalmente, llegó una familia con otros perros, tres hijos y un gran patio para jugar. Beti ahora vive la buena vida con mucho amor y juego.
La historia de Beti es un recordatorio de que la bondad y la compasión pueden cambiar la vida de un animal. A pesar de haber sido abandonada, Beti encontró una segunda oportunidad gracias a la amabilidad de un hombre que decidió ayudar. Su historia nos inspira a todos a ser más conscientes de los animales necesitados y a hacer lo que podamos para ayudarlos.
Beti encontró un hogar lleno de amor y alegría, y su historia es un testimonio de que incluso los animales más pequeños pueden encontrar un lugar especial en el mundo.